Antes de comenzar el partido, el hincha atlético estaba expectante con el comienzo del partido, “estamos viviendo un sueño que podremos contar a nuestros hijos” me decía. El seguidor del Real Madrid comentaba algo similar, pero no dejaba de existir otro matiz en su voz. El matiz de yo ya he vivido las 3 últimas Copas de Europa y se que se siente, “pero es distinta, esta sería la 10ª, un número redondo”
Minuto 36. Córner aparentemente tranquilo, media salida de Casillas y gol de Godín. El héroe que dió la liga a los rojiblancos, ejercía de cabeza (nunca mejor dicho) para poner por delante al Atlético. Desde el punto de vista sociológico, el hincha atlético saltaba y gritaba de emoción. el jugador que menos se pensase que iba a marcar. “Además hemos marcado a Casillas” ,e decía el hincha. Las manos en la boca, otra vez, pero esta vez por un increíble gol que situaba la primera orejona en el Calderón. El merengue no se lo creía. Casillas, con la cantidad de partidos a sus espaldas y hace eso…”No lo entiendo” me decía. Y yo tampoco, sinceramente.
Los minutos pasaban, los ataques del Madrid se sucedía… y nada. Según se acercaba el final, el hincha madridista gritaba a la tele, a la mala acción de los jugadores en cada acción, aunque esa fuese lo mejor que pudiese hacer. El hincha atlético, por su parte, parecía que estaba viendo una película de miedo. Aún recuerdo la imagen, encogido, en posición fetal y sin querer mirar cada ataque del conjunto blanco.
El tiempo de descuento fue muy interesante. El colchonero no entendía porque se añadían 5 minutos, mientras que el vikingo lo defendía por la cantidad de acciones en las que se ha perdido tiempo, aunque en su fuero interno esperaba un milagro. Milagro que ocurrió en el minuto 93. Un testarazo de Ramos, ponía el empate a 1 en el marcador y el partido se iba a la prórroga. Mientras el madridista gritaba de emoción, el atlético se quedaba a cuadros. “Otra vez un defensa, otra vez el número 4, no me lo puedo creer” La prórroga era un carrusel de emociones, desde la alegría infinita y posterior tranquilidad al ver el gol de Bale, pasando por la incredulidad y los ánimos colchoneros hasta llegar a las lágrimas tras ver a Juanfran que no podía continuar o el tercer gol del Real Madrid.
Tras el partido, me vi en la obligación de preguntar a ambos si la derrota ha supuesto o hubiera supuesto un fracaso. El del Real Madrid me dijo que sí, rotundamente sí. “Llevamos soñando 12 años con la décima y era una cuestión psicológica” mientras que el del Atlético de Madrid me decía: “Para nada, es un sueño haber llegado hasta aquí”
Tras el partido, me vi en la obligación de preguntar a ambos si la derrota ha supuesto o hubiera supuesto un fracaso. El del Real Madrid me dijo que sí, rotundamente sí. “Llevamos soñando 12 años con la décima y era una cuestión psicológica” mientras que el del Atlético de Madrid me decía: “Para nada, es un sueño haber llegado hasta aquí”
Visto desde otro punto de vista, el de las redes sociales, es interesante ver la evolución de los twits. Gracias a la página http://cartodb.github.io/lisbon-2014/#/2/43.5/20.4/0 se puede observar la evolución de los twits.
Previo al pitido inicial del árbitro, en el Reino Unido, la cantidad de twits del Real Madrid superaba ampliamente a los twits del Atlético, que dominaban en España. El mapa de twits se suaviza y adquiere puntos esporádicos, pero no la cantidad anteriormente vista. En el gol de Godín y los instantes posteriores, España se torna llena de puntos rojos de la cantidad de twits mencionando al Atleti. Eso si, el resto del mundo era una mera hormiga comparada con un gigante. Mencionaban al gol o al Atleti, pero no la cantidad vista en España.

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